Está aquí: Inicio Actualidad El humo de los incendios forestales puede ocasionar daños irreparables en el cerebro y el cuerpo
La comunidad científica sabe que el humo de los incendios forestales puede agravar afecciones como el asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), aumentar el riesgo de infarto de miocardio e ictus, dificultar la concentración, reducir la capacidad del organismo para combatir infecciones y provocar inflamaciones en los pulmones, los riñones, el hígado y probablemente otros órganos.
Pero, ¿qué ocurre con los efectos más duraderos, incluso permanentes? ¿Puede la exposición, aunque sea breve, al humo intenso de los incendios forestales dejar cicatrices permanentes en el organismo?
Aunque se trata de un campo de investigación científica relativamente joven, la respuesta parece ser afirmativa, si bien los daños potenciales dependen de la edad, la distancia al incendio, la cantidad de exposición al humo e incluso las características del incendio. "El problema de los incendios forestales es que lo que se quema está por todas partes", afirma Lisa Miller, inmunóloga de la Universidad de California Davis en Estados Unidos que estudia los efectos a largo plazo de la exposición al humo de los incendios forestales en los monos rhesus. "Es un desastre químico".
"Aunque el impacto de la contaminación del aire en general sobre la salud humana se conoce desde hace tiempo, sólo recientemente hemos empezado a comprender el impacto que tiene el humo de los incendios forestales sobre la salud humana", afirma Anthony White, neurocientífico de la Universidad de Queensland (Australia). "Este problema se ve magnificado por el hecho de que puede ser difícil distinguir entre los efectos de la contaminación atmosférica ambiental y el impacto en la salud específico del humo de los incendios forestales, especialmente cuando esa contaminación por humo se produce de forma esporádica y sin previo aviso."
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