Partículas en suspensión y recomendaciones sanitarias

La exposición a niveles elevados de partículas puede causar:

  1. Irritación de las vías respiratorias y de los pulmones empeorando la sintomatología en pacientes con enfermedades crónicas respiratorias (enfisema, EPOC…), asmáticos y alérgicos.
  2. Mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias, con riesgo de aparición de bronquitis, bronquiolitis, etc.
  3. Respuestas inflamatorias en el sistema circulatorio, agravando la sintomatología de enfermedades cardiovasculares y pudiendo provocar arritmias, infarto agudo de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
  4. La exposición crónica a material particulado ha mostrado un aumento de la incidencia de cáncer. De hecho, las partículas en suspensión han sido clasificadas como cancerígenos humanos por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (International Agency for Research on Cancer, IARC).
  5. Otros estudios científicos sugieren que la exposición a altos niveles de partículas también puede asociarse con bajo peso al nacer y partos prematuros, por lo que las embarazadas son un colectivo de especial protección ante estos episodios.

¿Qué personas pueden verse más afectadas?

Como se ha indicado anteriormente, son más sensibles a los efectos de este contaminante personas con asma y otras enfermedades respiratorias crónicas (enfisema pulmonar, EPOC…), cardiovasculares y/o trastornos inmunológicos, como, por ejemplo, pacientes oncológicos. Sus efectos también pueden ser más perjudiciales en menores de 6 años y personas de edad avanzada, así como en mujeres embarazadas, por sus posibles efectos sobre el embarazo y el feto.

Asimismo, en momentos de alta exposición a contaminantes atmosféricos, la realización de actividad física intensa puede ser un factor que potencie los efectos negativos en salud, ya que incrementa el volumen de aire inspirado y, en consecuencia, la cantidad de contaminante atmosférico absorbido.

Recomendaciones sanitarias

En España, los niveles de partículas suelen incrementarse con relativa frecuencia de forma natural por las intrusiones de polvo del Sahara. Esta contaminación natural no puede evitarse en la mayoría de las situaciones. Por eso, en el caso de intrusiones de masas de aire africano, sólo cabe adoptar medidas de minimización de la exposición, ya que no puede actuarse sobre su causa u origen.

Por el contrario, la contaminación generada por las actividades humanas sí puede controlarse o reducirse. A modo de ejemplo, el material particulado procedente del tráfico rodado puede reducirse limitando este. Las emisiones de industrias, calefacciones y obras también pueden controlarse con el empleo de las mejores tecnologías disponibles y con la adopción de buenas prácticas.

Ante niveles elevados de partículas en suspensión, especialmente la población más vulnerable, como son las personas con asma u otras enfermedades respiratorias, los afectados por enfermedades cardiovasculares, las personas inmunodeprimidas, las embarazadas, los niños menores de seis años y las personas mayores deben evitar la realización al aire libre de ejercicio físico o actividades que requieran esfuerzo y, en episodios intensos y en la medida de lo posible, limitar la exposición prolongada en el exterior.

Téngase en cuenta que, en el caso de las partículas en suspensión procedentes de fenómenos de intrusión sahariana, los niveles elevados pueden mantenerse durante todo el día y no experimentar variaciones según se trate de horario de mañana o tarde, como sucede con otros contaminantes.

Algunas recomendaciones a este respecto son:

  • Evite ser demasiado activo al aire libre, optando, por ejemplo, por caminar en vez de correr.
  • Evite las zonas potencialmente más contaminadas, como calles con tráfico intenso, zonas de obras o áreas industriales para pasear, caminar o desplazarse en bicicleta.
  • En casos de elevada presencia de PM10 y PM2,5 puede ser recomendable utilizar mascarillas FPP2.
  • Siempre que sea posible, es aconsejable que las personas con especial sensibilidad programen sus actividades y limiten su estancia en el exterior. En colegios, se recomienda que las salidas al patio sean, en todo caso, más frecuentes y por un tiempo inferior.
  • Reduzca la ventilación de ambientes interiores. Es mejor ventilar más veces, pero por cortos espacios de tiempo.
  • En el caso de personas asmáticas se recomienda tener a mano el medicamento de rescate.
  • Manténgase convenientemente hidratado, beba agua
  • Si tiene problemas en la mucosa ocular, proteja sus ojos con gafas que le cubran también los laterales.
  • Reduzca o elimine el consumo de tabaco.
  • La visibilidad exterior puede verse afectada; extreme las precauciones conduciendo y mantenga la distancia de seguridad.
  • Si siente ahogos, le cuesta respirar, le sobreviene una tos profunda, o empeoran los síntomas de su patología previa, acuda a un servicio de urgencias médicas.

Y recuerde, si es especialmente vulnerable a los efectos de este contaminante, manténgase informado de la calidad del aire y siga las recomendaciones sanitarias.
Artículo completo: https://madridsalud.es/particulas-en-suspension-y-salud/

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