Más alla del binomio EPOC-tabaco: nuevas oportunidades para la prevención y tratamiento precoz de la enfermedad

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) ha sido tradicionalmente entendida como una enfermedad autoinfligida por el hábito tabáquico que ocurre en adultos de más de 50-60 años. Este paradigma tradicional ha cambiado en los últimos 10 años por la aparición de nueva evidencia científica que muestra que existen otros muchos factores genéticos (G) y del entorno (E) asociados a baja función pulmonar, que varían, se acumulan e interaccionan con el tiempo (T), incluso desde antes del nacimiento (G × E × T).


Esta nueva perspectiva abre nuevas ventanas de oportunidad temporal para la prevención, diagnóstico temprano y terapéutica personalizada de la EPOC. Esta revisión presenta esta nueva evidencia científica y discute las implicaciones prácticas que comporta, con especial énfasis en la importancia de una historia clínica que recoja posibles eventos tempranos en la vida y el uso de la espirometría forzada como marcador de salud global.

Introducción

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es un importante problema de salud pública a nivel mundial por su alta prevalencia (afecta al 11,8% de la población general española mayor de 40 años), por su incidencia creciente (sobre todo en relación con el envejecimiento de la población), su la morbimortalidad asociada (la EPOC es actualmente la tercera causa de muerte en el mundo), y sus costes sociales y económicos (alrededor de 38.000 millones de euros/año en la Unión Europea).

Esta enfermedad se ha considerado tradicionalmente como una condición autoinfligida causada por el tabaquismo, caracterizada por una limitación progresiva del flujo aéreo y que afecta principalmente a hombres mayores de 60 años. Esta comprensión de la EPOC, estrechamente ligada al envejecimiento, ha resultado en un importante infradiagnóstico de la enfermedad. (74,7% en España) y, por tanto, un importante infratratamiento de la enfermedad. Sin embargo, en la última década han comenzado a surgir datos tanto epidemiológicos como clínicos que contradicen este paradigma tradicional. 

En primer lugar, datos recientes muestran que el 20-40% de los pacientes con EPOC nunca han fumado 
lo que inevitablemente se traduce en la necesidad de identificar otras causas subyacentes de la EPOC más allá del consumo de tabaco. Sin embargo, en ningún caso este hallazgo debe implicar una reducción de esfuerzos en la lucha contra el tabaquismo (que sigue siendo el principal factor de riesgo ambiental para la aparición de la EPOC). En cambio, debería abrir nuevas ventanas de oportunidad para la prevención y el diagnóstico temprano de esta enfermedad a partir de la identificación de nuevos factores de riesgo potenciales. 

Además, varios estudios han descubierto diferentes trayectorias de función pulmonar (es decir, trayectorias [término propuesto por los autores de este artículo]) a lo largo de la vida de un paciente (fig. 1). Por lo tanto, los pulmones de un niño sano aún no están completamente desarrollados al nacer. Estos órganos crecen y maduran durante la niñez y la adolescencia, alcanzando su pico funcional alrededor de los 20-25 años (antes en las mujeres)  (fig. 1). 

Después de una breve meseta, la trayectoria de la función pulmonar normal se caracteriza por (...)

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