Está aquí: Inicio Actualidad El desconcertante síntoma del COVID-19 que ha llevado a cambiar el uso de respiradores
Muchos pacientes con hipoxemia parecen estar bien. Estos hallazgos han provocado cambios desde el inicio de la pandemia: hay menos intubaciones pero se necesitan respiradores más específicos.
El virus SARS-CoV-2 provoca una neumonía muy diferente a las habituales. Los médicos han tenido que ir aprendiendo cómo se manifestaban algunos síntomas y parámetros aparentemente contradictorios y desconcertantes. Así, han ido cambiando sus procedimientos sobre la marcha y adaptando los escasos recursos de los que disponían, entre ellos, los respiradores, cuya carencia fue tan dramática en los peores momentos del brote.
Aunque queda mucho por saber, a los neumólogos ya no les pillan por sorpresa algunas cosas, como la llamada hipoxemia silente o “hipoxemia feliz”, como se definió hace días en la revista ‘Science’: pacientes que tienen niveles de saturación de oxígeno en la sangre extremadamente bajos y que, por lo tanto, deberían estar realizando un gran esfuerzo por respirar pero que, por el contrario, parecen encontrarse perfectamente sanos.
Técnicamente, la hipoxemia es la caída en la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial (no es exactamente lo mismo que la hipoxia, el déficit de oxígeno en los tejidos) y se hace evidente porque implica un gran trabajo respiratorio, pero no ocurre así en el covid-19. “La mayoría de los pacientes toleran mal las cifras bajas de oxígeno, sienten una fatiga importante y tienen que hacer más esfuerzo con el tórax para respirar, así que es relativamente fácil identificar que están entrando en insuficiencia respiratoria”, explica a Teknautas Olga Mediano, neumóloga del Hospital Universitario de Guadalajara y coordinadora del Área de Sueño, Ventilación Mecánica y Cuidados Respiratorios de Separ (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica). Sin embargo, los pacientes con coronavirus “toleran bien esa falta de oxígeno”.
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