La investigación, publicada en la revista 'Nature', es parte del proyecto Mutographs of Cancer, dotado con 20 millones de libras esterlinas (unos 23,6 millones de euros), una iniciativa del Gran Reto de Cancer Research UK. El proyecto detecta 'firmas' de ADN que indican la fuente del daño, para comprender mejor las causas del cáncer y descubre las que aún no conocemos.
El estudio muestra que dejar de fumar podría hacer mucho más que simplemente detener más daño a los pulmones. Los investigadores creen que también podría permitir que células nuevas y saludables repongan activamente el revestimiento de nuestras vías respiratorias. Este cambio en la proporción de células sanas a dañadas podría ayudar a proteger contra el cáncer. Estos resultados destacan los beneficios de dejar de fumar por completo, a cualquier edad.
El daño al ADN en las células que recubren los pulmones crea errores genéticos, y algunos de estos son 'mutaciones impulsoras', que son cambios que le dan a la célula una ventaja de crecimiento. Finalmente, una acumulación de estas mutaciones impulsoras puede permitir que las células se dividan sin control y se vuelvan cancerosas. Sin embargo, cuando alguien deja de fumar evitan la mayor parte del riesgo posterior de cáncer de pulmón.
En el primer estudio importante sobre los efectos genéticos del tabaquismo en las células pulmonares no cancerosas 'normales', los investigadores analizaron biopsias pulmonares de 16 personas, incluidos fumadores, exfumadores, personas que nunca habían fumado y niños.
Secuenciaron el ADN de 632 células individuales de estas biopsias y observaron el patrón de cambios genéticos en estas células pulmonares no cancerosas.
Los investigadores descubrieron que a pesar de no ser cancerosos, más de 9 de cada 10 células pulmonares en los fumadores actuales tenían hasta 10.000 cambios genéticos adicionales, mutaciones, en comparación con los no fumadores, y estas mutaciones fueron causadas directamente por los químicos en el humo del tabaco.
Más de una cuarta parte de estas células dañadas tenían al menos una mutación conductora del cáncer, lo que explica por qué el riesgo de cáncer de pulmón es mucho mayor en las personas que fuman.
Inesperadamente, en las personas que habían dejado de fumar, había un grupo considerable de células que recubren las vías respiratorias que habían escapado del daño genético de su tabaquismo anterior. Genéticamente, estas células estaban a la par con las de personas que nunca habían fumado: tenían mucho menos daño genético por fumar y tendrían un bajo riesgo de convertirse en cáncer.
Los investigadores encontraron que los exfumadores tenían cuatro veces más de estas células sanas que las personas que todavía fumaban, lo que representa hasta el 40% del total de las células pulmonares en los exfumadores.
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