Está aquí: Inicio Actualidad Uno de cada cuatro afectados por Covid persistente mejoró tras la vacunación
Uno de cada cuatro enfermos de Covid persistente ha mejorado después de haberse vacunado frente al 18% que dice haber empeorado tras el pinchazo, mientras que al 55% se sintió igual, algo que podría depender del número y frecuencia de los síntomas y si estos han aparecido antes de inmunizarse.
Son los principales resultados de la encuesta realizada entre marzo y junio por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que han presentado este viernes en el marco de su XXVII Congreso Nacional la vicepresidenta de la SEMG, Pilar Rodríguez Ledo, y el portavoz, Lorenzo Armenteros.
El estudio, en el que han participado 47 asociaciones y organizaciones, incluyendo el colectivo Long Covid Acts, nace de la preocupación que generaba en estos pacientes no saber cómo "iba a repercutir en su organismo la vacunación", ha explicado la doctora.
Una primera fase del trabajo que viene haciendo la SEMG con este grupo reveló, a partir de una encuesta hecha a más de 1.800 personas, cómo Covid persistente, que conlleva la manifestación de síntomas más de 4 semanas después de la infección, afecta principalmente a mujeres con una media de edad de 43 años.
La mayoría de los encuestados ahora tiene entre 30-60 años (mediana edad), aunque también personas que han contestado más jóvenes (de 18 y 22 años) y mayores de 70 años, lo que eleva la media de edad a 47 años.
Pero permanece el perfil femenino, que representa el 80% de la encuesta. El 51% se contagiaron en la primera ola y el resto en la segunda de octubre.
Atendiendo a su perfil profesional, el 67% son sanitarios, y según la vacuna administrada, la mayoría recibió Pfizer (69,9%), Moderna (15,1%) y AstraZeneca (12,8%).
Sólo 30 días libres de síntomas en 15 meses
En España se calcula que un 10% de las personas que se han infectado manifiestan síntomas de manera continuada meses después del contagio, como son fatiga, artralgias, mialgias, cefaleas o déficit de atención, entre un abanico de más de 200. Algunos pueden incluso a padecer más de 70.
Lo cual significa que, con los datos actuales, al menos 370.000 personas tiene Covid persistente, si bien los expertos creen que la cifra es más alta porque es "muy frecuente" que a muchas personas que les ha quedado uno o varios síntomas residuales no lo reconozcan como una patología, ha explicado Armenteros. La "cifra razonable" que barajan los expertos es la de medio millón de afectados.
En el caso de los participantes en el estudio, llevaban un año de media manifestando síntomas, con una intensidad previa a la vacunación de 6,93, "bastante intensa", según Rodríguez.
Antes de vacunarse, la inmensa mayoría tenía síntomas cada día de forma constante; en el 26,7% de los casos aparecían de forma intermitente; en el 21,4% eran diarios, pero fluctuantes (21,4%) y en el 16,4% presentaban síntomas diarios, a veces constantes y otras fluctuantes.
Se trata así de "gente sintomática casi continuamente", en palabras de Rodríguez: solo 30 días han estado libres de ellos en los últimos 15 meses.
Con estas premisas, la conclusión es que la mayor parte de los afectados, el 55%, no ha mejorado o se sintió igual tras la vacunación, el 18% empeoró (lo que puede atribuirse a los posibles efectos secundarios de la vacuna o empeoramiento de sus síntomas), y el resto, el 26%, han mejorado con alguna de las dosis.
Pese a que "falta mucho por saber" sobre el perfil de estos pacientes, como la duración de su mejora o agravamiento tras la vacunación, el estudio apunta a que aquellos que han mejorado son aquellos que tuvieron pocos síntomas en el debut de la enfermedad aguda o no sufrieron nuevos o los padecieron de forma intermitente antes de la inyección.
Por el contrario, cuanto más sintomáticos sean en la fase aguda, más inestable sea la enfermedad o incorporen nuevos síntomas antes de la vacuna, más probable es que empeoren.
"Esto es importante porque tenemos que saber cuál es la causa que esta detrás de todo esto", ha resaltado Rodríguez, que baraja como teoría más plausible que aquellas personas en las que el virus pueda estar "acantonado, escondido o protegido, por ejemplo en el tubo digestivo, es posible que la vacunación les mejore".
Con carácter general, desde luego, pero lo ideal es personalizar el consejo en función de la sintomatología que presentan: en casos de mucha o de que vaya en aumento, habría que valorarlo e incluso desaconsejarlo. No hay que olvidar, ha aclarado la doctora, que estas personas ya han pasado la enfermedad.
Con todo, y a pesar de que cuatro de cada diez tenían miedo a vacunarse, el 83% de los encuestados recomendarían la vacunación a otros pacientes en su situación.
"Son unos datos esperanzadores para un numero de pacientes, y la recomendación de la vacuna tiene que estar siempre por encima salvo en aquellos casos de situación tan compleja que pueda ser perjudicial vacunarles", ha abundado Armenteros, que ha denunciado el "abandono" en el que se encuentra este colectivo que, augura, cada vez será más grande.
Rodríguez ha abogado por un abordaje integral de estos pacientes por parte de profesionales que "les miren de una manera holística". "Muchas veces no acabamos de explotar los recursos que tenemos, y muchos pueden mejorar con fisioterapia, rehabilitación cognitiva, logopedia... Con esta pandemia ha aflorado que no todo es tener un fármaco efectivo: el acompañamiento es esencial".