Está aquí: Inicio Actualidad El cambio climático incrementará las enfermedades y afecciones respiratorias
El 90% de la población europea vive en zonas donde se rebasan los valores límite de calidad del aire.
Las consecuencias que abarcan los efectos del cambio climático en la salud de las personas abren un abanico de escenarios cada vez más extenso. Si su impacto ya se ha vinculado con el riesgo de padecer más cánceres, especialmente de pulmón, piel y gastrointestinal, a ello se suma el aumento de las temperaturas y de los niveles de CO2 y ozono con presencia de alérgenos en el ambiente. Esto ya s se vincula con el aumento de las tasas de enfermedades respiratorias como el asma y la rinitis alérgica, conjuntivitis y afecciones cutáneas.
Así lo advierte el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), divulgado hoy lunes en Yokohama (sur de Tokio), elaborado por unos 500 expertos científicos y representantes políticos. El resultado arroja que los riegos de mortalidad y morbilidad en los períodos de calor extremo afectarán particularmente en las ciudades -especialmente en EE.UU y Europa- a los ancianos, los niños, las personas con enfermedades crónicas y a las embarazadas.
El informe advierte de que muchas regiones del planeta están experimentando con mayor frecuencia fenómenos extremos como sequías y olas de calor, junto a graves impactos sobre la salud. El IPCC recuerda que la temperatura media ha subido 0,85 grados entre 1880 y 2012, un aumento acentuado en las últimas tres décadas.
En cuanto a las enfermedades respiratorias, el IPCC alerta de que el cambio climático cambiará la distribución y la cantidad de polen en las áreas urbanas, alterará la distribución espacial y temporal de muchas especies de plantas que producen alergias y modificará los períodos y la duración de las temporadas con mayores niveles de polen.
Según el estudio, una mayor concentración de CO2 en la atmósfera estimulará el crecimiento de las plantas, lo que unido a condiciones climatológicas extremas, como sequías y vientos muy fuertes, causarían una dispersión de alérgenos, como polen y esporas, hacia nuevas regiones.
Asimismo, los incendios forestales se incrementarán como resultado de las olas de calor y las sequías e impactarán negativamente en la calidad del aire, liberando partículas en suspensión y otras sustancias tóxicas que pueden afectar a grandes poblaciones durante días o meses.
En consecuencia, las altas temperaturas también irán ligadas a una subida de la concentración de ozono troposférico, que según el informe afecta en especial la salud humana, aumentando la tasa de muertes prematuras ligadas a estas afecciones, como enfermedades cardiopulmonares.
Según ha publicado La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) en su informe anual 'La calidad del aire en Europa – Informe 2020 sobre la calidad del aire', Europa ha mejorado la calidad del aire en sus ciudades y la mortalidad vinculada a la contaminación atmosférica en una década, aunque sigue teniendo un importante margen de mejora en este ámbito, ya que todavía registra más de 400.000 muertes prematuras anuales por esta causa. En España, estos fallecimientos superan los 31.600.
Por otro lado, el informe de Ecologistas en Acción indica, además, que el 94 % de la población siguió respirando aire contaminado con niveles superiores a los recomendados por la OMS. En esta línea coinciden datos de la Agencia Europa del Medio Ambiente, que estima que en torno al 90% de la población europea vive en zonas donde se rebasan los valores límite de calidad del aire o se incumplen las guías de protección a la salud fijadas por la OMS. En este sentido, el ozono, el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión son los tres contaminantes con mayor incidencia negativa sobre la salud.