Respirar durante años un aire con altos niveles de contaminación debilita el organismo a la hora de enfrentarse a una infección respiratoria como la COVID-19. Dos recientes estudios ligan las zonas con polución elevada a mayores cifras de mortalidad por la pandemia.
"La exposición a largo plazo al dióxido de nitrógeno puede ser uno de los factores más importantes que contribuyan a la mortalidad" de la enfermedad, según concluye una investigación de la Universidad Martin-Luther King de Halle (Alemania) publicado este lunes. Además, un análisis de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU) muestra que "un pequeño incremento en la exposición prolongada a las micropartículas PM 2,5 lleva a un gran aumento en la tasa de mortalidad por COVID-19 en el país".
El trabajo alemán ha revisado datos de fallecimientos en 66 regiones de cinco países europeos: Alemania, Italia, España y Francia. El norte de Italia y la Comunidad de Madrid combinaron una alta mortalidad y un historial prolongado de altas concentraciones de dióxido de nitrógeno. El estadounidense cubre más de 3.000 condados que incluyen al 98% de la población. "El incremento de un microgramo por metro cúbico de micropartículas PM 2,5 se asocia con un aumento del 15% en la mortalidad", describe su trabajo, que todavía requiere una revisión independiente.