Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Chung y col, 2021; Int J Environ Res Public Health 22-mar; doi: 10.3390/ijerph18063267) cuyo objetivo fue investigar y comparar los efectos de los ejercicios de respiración convencionales y una intervención de entrenamiento de los músculos inspiratorios sobre los síntomas clínicos en pacientes con asma estable.

Sesenta pacientes con asma (40-65 años) fueron asignados al azar al grupo de ejercicios respiratorios convencionales (BTE) o de entrenamiento de los músculos inspiratorios (IMT) durante un período de intervención de 12 semanas. Se realizaron mediciones de resultados antes y después de la intervención, incluidos los datos de espirometría, se registraron las presiones inspiratoria y espiratoria máximas (PImax y PEmax), prueba de control del asma, cuestionario de control del asma, prueba de caminata de seis minutos y registro de actividad física de tres días.

Los resultados mostraron que la PImax expresado como % del valor previsto controlado por edad y sexo en sujetos sanos (% previsto) aumentó en un 16,92% (82,45% a 99,38%, p <0,05) en el grupo BTE y en un 29,84% (71,19% a 101,03%, p <0,05) en el grupo IMT. A excepción de la capacidad vital forzada, que se redujo en el grupo BTE, todas las demás variables medidas mejoraron en ambos grupos y no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos.

Los autores concluyeron que el IMT parece ser más eficaz que la intervención con ejercicios respiratorios para promover mejoras en la fuerza de los músculos respiratorios.