Invierno sin gripes y bronquiolitis: ¿Por qué las mismas medidas no acaban con el Covid-19?

Mientras el coronavirus comenzaba a escalar hasta llegar a la actual saturación en camas y unidades de cuidados intensivos, las bronquitis, bronquiolitis y gripes han dado una tregua. Roberto Velasco, médico de la Unidad de Urgencias Pediátricas del Hospital vallisoletano Río Hortega y secretario de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP). “Si habitualmente vemos 400 y pico pacientes en toda la época epidémica, este año creo que no llegamos a los 20”


Su experiencia coincide con los registros. El Sistema de Vigilancia del Instituto de Salud Carlos III certifica que en lo que llevamos de temporada solo se han detectado seis casos de gripes y cinco casos del virus respiratorio sincitial (VRS), este último, principal causante de las bronquiolitis en los más pequeños.

Por el momento, el impacto en la asistencia es evidente y el mismo relato se repite en distintos lugares del país: “Durante el otoño tuvimos algún caso de bronquiolitis, aunque en general fueron pocos, más leves y causados por rhinovirus”, precisa Iván del Campo, pediatra residente en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Nos cuenta que la epidemia de rhinovirus, habitual del resfriado común, suele ir seguida de las olas de VRS y, finalmente, de gripe. Pero este año nunca llegaron.

Joan Figuerola, médico adjunto de Neumología Pediátrica en el Hospital Son Espases de Mallorca y presidente de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica, cifra la disminución de visitas a urgencias por estas causas en un 82 % en 2020 con respecto al 2019. El hospital mallorquín publicó los resultados en Anales de Pediatría. Según su estudio, cayeron también los ingresos y estancias en UCI, así como las tasas de patologías respiratorias como bronquitis, crisis asmáticas o bronquiolitis.

 

Las medidas de prevención funcionan

Es un poco difícil decir claramente a qué puede deberse, pero en principio podemos señalar las estrictas medidas de distanciamiento social”, apunta. “Otra explicación que podemos encontrar es a una disminución de la contaminación ambiental y el uso de las mascarillas”. Los especialistas consultados coinciden: tenemos los espacios más ventilados, nos reunimos con menos personas, ya no viajamos, nos lavamos las manos...

El fenómeno, que se repite en todos los países del hemisferio norte, se observó ya en los del sur. “Las causas reales no las sabemos nadie. Tenemos un experimento en el que hemos hecho 27 cosas a la vez y ha bajado la gripe", argumenta José Luis Jiménez, químico de la Universidad de Colorado, cuyas investigaciones se centran en la transmisión por aerosoles. "En Australia, algunas publicaciones dicen que, al haberse limitado los viajes, la gripe no entró desde Asia, de donde proviene. Además, tener muy pocos contactos hacía que, si entrababa algún virus, este luego no se propagaba”


¿Por qué acaban con la gripe y no con el Covid-19?

En este punto, es difícil no preguntarse: ¿por qué las medidas han sido tan efectivas frente a virus gripales y VRS, y menos efectivas cuando hablamos del coronavirus?

Para responder a la cuestión hablamos con Iván Sanz Muñoz, responsable científico y de vigilancia virológica del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, que remite a la estacionalidad del virus: “El problema es que el coronavirus nunca se ha ido del todo este año. La gripe, sí. En el 2020 la epidemia acabó y se trasladó al hemisferio sur, durante su inverno. Hemos puesto barreras que han servido para el COVID-19 y para el resto de virus respiratorios por igual”, asegura a RTVE.es y explica que el número de personas con gripe durante verano y otoño es demasiado bajo para que la transmisión “salte a formar una epidemia”. En cambio, “la masa crítica en el COVID siempre ha estado ahí”.

El profesor Jiménez, de la Universidad de Colorado, completa el argumento por otra razón sencilla: aunque las formas de transmisión parecen ser muy similares al coronavirus, la gripe es una enfermedad menos contagiosa. “Si estuviéramos hablando del sarampión que es muchísimo más contagiosa que el COVID, lo que estamos haciendo no le haría ni cosquillas. En cambio, con una enfermedad como la tuberculosis, que es mucho menos contagiosa, lo que estamos haciendo la suprimiría”.

 

¿El fin de la gripe?

Desde el Centro Nacional de Gripe de Valladolid advierten de que esto en ningún caso significa que la gripe haya desaparecido este año o, siquiera, que pueda hacerlo en el futuro.

“En un año normal, cuando no detectamos casos en verano o en los meses de octubre y noviembre, no quiere decir que la gripe no esté; no la estamos detectando. Hay casos asintomáticos, lo que llamamos cadenas de transmisión silenciosas. O cribamos a la población como se está haciendo ahora con el COVID o se nos escapan. Las incidencias que estamos viendo con el coronavirus son fruto de que se hacen PCR a los enfermos y a los contactos del enfermo. Con la gripe eso no pasa. Ahora estamos solo detectando el pico del iceberg”, expone Iván Sanz.

Así, esos seis casos que registramos este año son solo los que pocos que han dado lugar a una enfermedad más grave. En cualquier caso, el investigador celebra que esta temporada más población se haya vacunado contra la gripe, demostrando que no solo es seguro, sino también eficaz. Pero advierte: “Que no haya gripe este año no podemos decir que sea bueno porque se diluye la inmunidad que tiene la gente y puede hacer que las siguientes epidemias sean mucho más duras. Ya es lo que nos faltaba”.

Además, Sanz considera "imposible" que el coronavirus pueda llegar a extinguirla. "En las cuatro pandemias de gripe en los últimos cien años, el virus que ha aparecido ha extinguido al anterior, pero ahí estamos hablando de competencia directa entre un tipo de virus. Ahora, se trata de dos especies de virus diferentes", desarrolla el responsable científico y de vigilancia virológica del Centro Nacional de Gripe.

 
No lancemos campanas al vuelo

Con todo, médicos e investigadores coinciden en que todavía no podemos "lanzar las campanas al vuelo". Por un lado, porque todavía queda temporada por delante. “En cualquier epidemia que cojas de los últimos veinte años, nunca ha pasado esto. No solo en España, sino a nivel mundial. Es cierto que en ocasiones la gripe ha empezado mucho más tardía, por lo tanto, no podemos lanzar las campanas al vuelo”, apunta Sanz. 

Del mismo modo, el pediatra Roberto Velasco insiste en ser cautos y recuerda la importancia de no relajar las medidas de prevención para evitar sustos en los meses venideros. “Una cosa que se ha visto en el hemisferio sur es que en su primavera de repente hubo un repunte de los casos de bronquiolitis, fuera del periodo epidémico, al que no supieron dar una explicación", cuenta.

"Todavía no queremos lanzar las campanas al vuelo, porque quizás nos encontramos con que en abril o mayo el VRS viene a visitarnos y nos bloquea otra vez las urgencias”, sostiene, con la esperanza de que la tregua, al menos en este flanco, no sea solo un espejismo esta vez.

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