Está aquí: Inicio Actualidad Cambios en la composición de la microbiota respiratoria pueden derivar en desarrollo de EPOC o asma
El microbioma, tanto pulmonar como intestinal, influye en el desarrollo, progresión y pronóstico del asma, y gracias a nuevas técnicas de secuenciación de genes independientes de cultivo, se han conocido el tipo de gérmenes que habitan en el pulmón del paciente con asma y cómo la diversidad de bacterias, virus y hongos interactúa con el sistema inmune.
“La dieta, la actividad física y seguir hábitos de vida saludables, han demostrado modificar la composición del microbioma intestinal, y es posible que puedan corregir el desequilibrio o disbiosis de la microbiota intestinal de enfermedades crónicas, como el asma, ayudando a mejorar el control, la gravedad e, incluso, su incidencia”, según el Dr. Juan Luis García Rivero, neumólogo del Servicio de Neumología del Hospital de Laredo, en Cantabria, miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y autor del artículo
Actualización en el conocimiento del microbioma en la Revista ASMA, de SEPAR.
La flora intestinal, o microflora intestinal, es un término antiguo y actualmente en desuso. El termino flora intestinal se utilizó durante el siglo XX para referirse al conjunto de comunidades microbianas que viven en nuestro intestino. Normalmente hace referencia a las bacterias intestinales que pueden ser cultivadas en condiciones de laboratorio. Pero las bacterias no son vegetales; flora o microflora se han usado de forma inadecuada, ya que se refiere a plantas, no a microbios.
La microbiota se describe por primera vez en el año 2001, para destacar la importancia de los microorganismos que viven asociados a nuestro cuerpo en los estados de salud y enfermedad. Podemos definirla como el conjunto de los microorganismos que puebla un hábitat, con grupos de especies estables y otras variables. Es imprescindible en nuestra vida, hasta el punto de que esta sería imposible en su ausencia. Las bacterias son las más abundantes y pertenecen mayoritariamente a cuatro grupos (filos): Firmucutes, Bacteroidetes, Actinobacteria y Proteobacteria.
El término microbioma se refiere a todo el hábitat, incluyendo los microorganismos (bacterias, arqueas, eucariotas y virus), sus genomas y las condiciones ambientales circundantes.
En los últimos años, la microbiota intestinal se ha estudiado más, al ser la más abundante y sus muestras fáciles de obtener, mientras que la microbiota respiratoria se ha empezado a estudiar más tarde, al considerarse previamente al pulmón sano como un órgano estéril y ser más compleja la obtención de muestras. De hecho, en los primeros estudios la herramienta utilizada fue el lavado broncoalveolar (BAL). “A partir de 2010 se confirmó que el pulmón sano no es un órgano estéril, sino con una microbiota pulmonar, mientras que antes se atribuía la presencia de bacterias en el tracto respiratorio inferior a enfermedades”, señala el Dr. García Rivero.
La microbiota respiratoria es única e influye en el estado de salud o enfermedad, al modular la inflamación a través del sistema inmune. La de la vía aérea inferior es diferente a la de la superior y los cambios en su composición se relacionan con el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el asma.
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